Cuando comprendes que en la vida y en la muerte los mejores compañeros tienen pelitos la felicidad es absoluta.

Prada y Capuccino son unos afortunados de ser amados por dos humanos que les encantan las tradiciones y decidieron que para su sesión querían ser catrinas.

Capuccino es un amor total, no le quita los ojos de encima a su humana la sigue a todos lados.

Prada por su lado sufrió de abandono, pertenecía a una familia de extranjeros que regresaron a su país y la dejaron en la calle, su humana actual estuvo buscando por todos lados a su familia pensando que estaban sufriendo por ella hasta que se enteró de la verdad y decidió que nadie nunca más abandonaría a Prada.

Vivimos en un mundo de crueldad animal pero también en un mundo de gente hermosa que le dan todo el amor que se merecen y es lo que esta familia de Catrinas demuestra.